domingo, 30 de diciembre de 2007

ESTA NOCHE TE QUEDAS SIN CENAR

Me sucede muy a menudo. Después de cenar muchos días me quedo amodorrada en el sofá y en cuanto eso ocurre ya está David despertándome y diciéndome: "Si te vas a quedar dormida, mejor vete a la cama" ¿La razón? Cuando me pasa eso hay un porcentaje altísimo de posibilidades de que nada más meterme en la cama la cena decida salir por el mismo sitio por donde ha entrado. Sigo sin comprender la razón, pero ocurre. Y eso que a estas alturas, que me faltan 3 días para hacer los 5 meses de embarazo, el tema vómitos ya está superado por la mayor parte de las mujeres. Una teoría es el movimiento. Yo me quedo completamente quieta después de cenar y la cena se asienta en el estómago, después me levanto, me lavo los dientes, voy al baño, me pongo el pijama y todo ese movimiento no le gusta al bebé (que a lo mejor se estaba quedando dormido conmigo) y decide que ya fastidiada una, nos fastidiamos las dos y ala, cena fuera.
la verdad es que tiene razón David: "No sé para que te damos de comer, si no merece la pena". Además ahora pienso con un poco de nostalgia en esa sensación de sentirse realmente hambrienta, de poder decir "que ganas tengo de comerme un/a ______" (rellenese con lo que más le guste a cada uno), sensación que he perdido casi desde el principio del embarazo. Como a las horas que corresponde, muchas veces más como sentido del deber que por ganas, porque pienso más en la niña que en mí, y la mayoría de las ocasiones ma bastan tres cucharadas de lo que sea para sentir como si me hubiera comido tres platos llenos. A veces (por ejemplo si veo algún anuncio de televisión) pienso "me apetece tal cosa" y acto seguido reflexiono "¿De verdad me apetece?" y me doy cuenta de que no, que lo último que quiero es comer.
No desespero, esta situación es temporal, y como mucho dentro de 4 meses me imagino que todo volverá a la normalidad (incluyendo mi gusto por el chocolate, espero).