domingo, 23 de diciembre de 2007

CENA FRUSTRADA

El viernes tenía una cena con las compañeras de corte y confección, pero al final no pude ir. ¿La razón? Se ve que a esta pequeñaja no la gustaron las lentejas de la comida y decdió que estaban mejor fuera que dentro. A las cinco me obligó a hacerle una visita cara a cara a Roca y me tuvo tan revuelta el resto de la tarde que me veía incapaz de soportar una noche en un restaurante rodeada de olores a comida, asi que al final me acerqué simplemente a desearles unas felices fiestas a mis compañeras, David me llevó a casa y me metí en la cama con un vaso de leche, lo único que me atreví a cenar. La reflexión es: Si aun no ha nacido y ya está haciendo que su madre se tenga que quedar en casa sin salir ¿Qué va a dejar para cuando nazca? Y lo peor es que la cena era en el Ponte Vechio, con lo que me gusta ese restaurante y las pocas veces que he podido ir. Otra vez será.