martes, 8 de diciembre de 2009

COSAS QUE TE SORPRENDEN DE LOS NIÑOS

Cuesta muchas veces hacerse a la idea de que tus hijos crecen. Desde el momento en que nacen les ves como unos seres chiquitines y desvalidos que necesitan de tus cuidados y tu cariño y a veces da por pensar que siempre serán así. Y no, cada día te sorprenden con muestras de su independencia, su inteligencia y sus ganas de aprender. Al menos me pasa a mí, que a veces ni me creo lo que Alicia acaba de hacer porque pienso "como es posible que esta mocosa sepa hacer esto". Y sabe hacerlo.
La observación de nuestro comportamiento es fundamental para el aprendizaje de los niños. Gracias a nuestra conducta con ellos y con la gente que nos rodea, los niños aprenden a comportarse de la misma forma. Pero hay cosas que te dejan con la boca abierta. Varios ejemplos:
El domingo estuvimos en casa de una amiga un grupo de personas, y entre ellas estaba otra nena que se lleva muy poco tiempo con Alicia. Estuvieron jugando, compartiendo un zumo (la primera vez que Alicia bebía por pajita) y trasteando por la habitación (sobre todo la mía, la otra nena es más tranquila) En un momento dado Alicia, de forma accidental, debió de golpear en la cara a la otra peque, que no dijo ni mu. La verdad es que no llegué a verlo bien, pero conociendo a Alicia, estaría moviendo los brazos en todas direcciones y por eso llego a darle en la cara. Acto seguido, y sin darnos tiempo a decirle nada, Alicia le cogió la cara a la otra nena y la estampó un beso enorme, como para hacerse perdonar, que nos dejó a David y a mí asombrados. ¿Quien la había enseñado eso?
El mismo domingo, en el mismo lugar. Alicia cogió una servilleta para limpiarse los labios, acto seguido la hizo trizas y tiró los trozos por el suelo. Con calma la dijimos: Ahora hay que recoger los trozos Alicia. Cógelos y dánoslos. Dicho y hecho, se agachó y recogió todos los trozos de la servilleta, haciéndonos entrega de ellos. El comentario de nuestra amiga fue: A vosotros no os hace falta la supernanny :-)
Ayer por la tarde. Estaba dándole la merienda a Alicia y la pregunté: ¿Quieres un quesito? Ella asintió, así que saqué uno del frigorífico y comencé a abrirlo. Al hacerlo, se desprendió la etiqueta y cayó al suelo. Un segundo después Alicia se había agachado, recogido la etiqueta, abierto la puerta del armario donde está el cubo de la basura, tirado la etiqueta dentro del cubo y cerrado la puerta, todo mientras yo la miraba con la boca abierta. Por supuesto la felicité, la di un beso y corrí a contárselo a David, que también la felicitó mientras ella se comía el quesito y nos miraba como con un poco de vergüenza (como pensando: Jo mamá, que no es para tanto :-)
Los niños crecen, aprenden y nos sorprenden día a día. Y esta peque a mí, personalmente, me tiene con la boca abierta de la sorpresa una gran parte del día. ¿Solo me pasa a mí o hay más padres en mi situación? :-)