martes, 26 de agosto de 2008

TRES MESES

Ya han pasado más de tres meses. Y me asombra la enorme cantidad de cambios que ha experimentado Alicia. Ha crecido 8 centímetros, ha ganado un par de kilos y ya sabe un millón de cosas más que cuando nació.
Habla: Se pasa el día parloteando consigo misma "Agggaa, ajojojo,ajuoo..." Parece que los sonidos con g con j son las más sencillos de pronunciar para ella de momento.
Rie: La basta una palabra en tono cariñoso para abrir su boquita de oreja a oreja con una expresión de felicidad completa.
Se sostiene: Ya se sienta, sola no, pero si la colocas entre dos cojines se mantiene bien derecha. Su cabecita ya no cuelga y hemos empezado a llevarla hacia delante en la mochila para que pueda observar el mundo.
Lo mira todo con asombro: Tiene tanto por descubrir aun...
Agarra las cosas: Te toma del dedo y no lo suelta. O peor aun, me agarra el pelo y tira fuerte:-)
Son tantas las cosas... Cada día me sorprende con algo nuevo. Nunca sé que me espera mañana. Desde luego un hijo es algo que te cambia la vida y ojala todo el mundo que lo desee tuviera la oportunidad de poder disfrutar de esta experiencia a largo plazo (jejeje ya veremos que opino cuando tenga 15 años:-)

viernes, 22 de agosto de 2008

LA FRAGILIDAD DE LA VIDA

Estos están siendo días tristes para España. Al hecho de vivir un accidente tan grave como el ocurrido en Barajas se suman todas las familias rotas por este acontecimiento. Leí la lista de pasajeros y me encontré con más de 20 niños presentes en el avión. Vidas que aun no habían tenido casi tiempo de empezar y que ya no van a tener la oportunidad. Muchas familias completas también. Padres con 2 ó 3 hijos, en algunos casos acompañados también de hermanos o amigos. Y te planteas lo fragil que es la vida.
Hablándolo ayer, David me preguntó: "En el caso de tener un accidente, por ejemplo de coche ¿Qué preferirías? ¿Qué sobreviviese solo uno o dos o que nos fuésemos todos?" Por un momento me tentó la idea de que toda la familia terminase junta a la vez en un caso así y al segundo me di cuenta de lo egoista que estaba siendo. ¿Qué derecho puedo tener yo para pensar que si me ocurre algo a mí quiero que mi marido y mi hija se vengan conmigo? Lo que puedo desear que es ellos puedan seguir adelante y que Alicia al menos tenga las mismas oportunidades que hemos tenido su padre y yo, o más si es posible. Que pueda estudiar, hacer muchos y buenos amigos, viajar, trabajar, enamorarse, acertar en algunas cosas y equivocarse en otras... VIVIR.
Al menos me queda la tranquilidad de saber que si algo nos pasase a David y a mí algún día, Alicia no se queda sola. Tiene a sus abuelos, a su tía Cristina y a su tio Nacho. Entre todos cuidarían de ella con todo el amor del mundo.

miércoles, 13 de agosto de 2008

RESPETO A LOS SERES VIVOS

Hoy, saliendo de casa de mis suegros, se me ha cruzado delante del coche un galgo con toda la pinta de haber sido abandonado. No podia parar en ese lugar, iba con Alicia y ademas, en caso de cogerlo ¿Qué iba a hacer con él? Sé que hay una protectora llamada Scooby en Medina del Campo que se dedica principalmente a recoger galgos y buscarles hogar, fundamentalmente fuera de España, donde este maravilloso perro está valorado como se merece, pero también sé lo complicado que es echar el guante a uno de estos perros. Los pobres están escarmentados de la mala vida que les han dado sus dueños antes de abandonarles (cuando no de colgarles de un arbol o de pegarles un tiro) y con razón desconfían del ser humano. Estoy tratando de contactar con la protectora por si ellos pueden hacer algo, pero tal vez para cuando lo logre, el pobre animal ya haya cambiado de zona (en el mejor de los casos), le haya cogido la perrera o con mala suerte le haya atropellado un coche.
Muchas veces pienso que muchos animales se merecen más respeto y consideración que algunas personas, que se comportan como bestias. Todos los días vemos ejemplos de ese comportamiento a nuestro alrededor, en los periodicos o en la televisión. Por eso una de las cosas que tengo muy claras en la educación de Alicia es que al igual que voy a tratar de enseñarla respeto por las personas, por sus costumbres, culturas y formas de pensar, tambien va a aprender a respetar a todos los seres vivos. Espero que Nina, Nico y Niebla me ayuden en esto.

lunes, 4 de agosto de 2008

AVIVANDO LA FANTASIA

Los de la NASA han llegado a Marte y han descubierto agua. Guay, se han gastado un porrón de pasta para hacerlo y eso que lo hubieran tenido mucho más fácil. Un simple correo electrónico a mi dirección y yo les hubiera podido confirmar que en Marte hay agua... y ciudades, y seres vivos y que incluso celebran olimpiadas como nosotros. ¿Qué como lo sé? Sencillo, se lo he preguntado al perro de Alicia.
Mi niña cuenta con unos amigos muy especiales. El primero que llegó fue un perro recien aterrizado de Marte, planeta donde los perros no solo llevan ropa (como algunos aquí en la tierra) sino que también tienen alas (algo que no es tan frecuente en los perros terrestres), que le cuenta a mi hija que tal es la vida marciana. Después llegó el unicornio volador, que se marea al hacer loopings en el aire, y más tarde vinieron el señor conejo, cuya mayor proeza es que sabe saltar usando las orejas, en vez de las patas y el gusanito musical (este es poco parlanchín, apenas nos ha contado cosas de su vida todavía). Desde el principio ha estado con nosotros la ballena meteosat, que es capaz de predecir el tiempo... ejem, bueno, más bien predice la temperatura del agua del baño, pero a la pobre le hace ilusión parecerse a Mariano Medina, así que no seré yo quien rompa sus sueños.
Parece mentira como se te aviva la imaginación con un niño pequeño en casa. Aunque la peque no comprenda aun las cosas que le digo, me basta con ver la risa que se le escapa cada vez que ve a alguno de sus peluches saltando a su alrededor o volando en circulos sobre su cabecita para inventar las más locas historias sobre las vidas de estos nuevos compañeros. Y eso que aun no tiene los tres meses. Cuando crezca un poco y sea capaz de crear sus propias historias, no sé donde vamos a llegar. Una cosa es segura: Visitaremos Marte, y probablemente tardaremos menos en llegar que los de la NASA, y solo nos hará falta un bocadillo y un zumo para el camino. Y allí nos recibiran los amigos de nuestro perro alado.