miércoles, 22 de diciembre de 2010

EL ENCARGO DE LOS REYES MAGOS

Hace unos días recibí una carta que decía lo siguiente:
"Estimada Madre de Familia:
Le escribo en nombre de los Reyes Magos para solicitarle un favor. Con motivo de la crisis, este año hemos tenido que prescindir del alquiler de un buen número de nuestros almacenes, por lo que tenemos un grave problema con la guarda y custodia de todos los juguetes. Es por ello que le pedimos que nos haga el favor de mantenerlos usted en su casa hasta que pasemos por allí la madrugada del 6 de Enero. Ya nos encargaremos nosotros de colocarlos bajo el árbol. Por favor, no olvide dejar unas copitas de coñac, que la noche suele ser bastante fría.
Fdo:
Paje Real"
Que remedio. No ha quedado otra que almacenar todos los regalos en casa y esperar con paciencia a que Sus Majestades decidan pasar por aquí y colocarlos ellos mismos en el salón. No me ha importado, ya que me ha dado la oportunidad de echarles un vistazo y me han gustado bastante las cositas que han elegido para esta familia. Solo he visto un fallo. No parece haber ningún regalo para mí. ¿Se les habrá olvidado o me lo traerán directamente ellos?:-)

jueves, 16 de diciembre de 2010

LA NAVIDAD SE ACERCA...

Siempre me ha gustado la Navidad, lo reconozco, y ahora con mis hijas me hace todavía más ilusión. Ellas aun no comprenden bien de que va esto (Alicia ya se va dando cuenta) pero me encantan las cosas que ya puedo hacer con ellas. La semana que viene bajaremos al centro a ver la decoración, subir al tiovivo, pasear por las calles iluminadas, visitar a Papá Noel (los Reyes Magos ya se sabe que vienen más tarde) y pasar una tarde animada con las tres peques, incluyendo a Lucia, la hija de una amiga.
La posibilidad de hacer estas cosas ahora con niños me anima mucho. Mis padres siempre han trabajado desde que yo era pequeña y estas cosas apenas podían hacerlas con mi hermano y conmigo. De no haber sido por una amiga de mi madre, que vive en León desde que se casó, pero cada Navidad venía aquí a pasar las fechas con su padre, creo que no hubiésemos ido nunca a una cabalgata de Reyes. Es posible que por ello tenga tantas ganas de compartir estos momentos con Alicia y con Ana. Porque para mí estas fechas siempre estarán cargadas de magia, al margen del carácter comercial que tienen ahora, y esa magia, vivida con niños, se multiplica por mil.

viernes, 26 de noviembre de 2010

LA INMENSA CAPACIDAD DE PERDON DE UN NIÑO

Hace unos días mi hija Alicia me dio una lección de las que no se olvidan. La semana pasada la va en casa de mis padres jugando con una llave, y ante el riesgo de que se la tragase (poco probable en Alicia, la verdad, tiene bastante cabeza con esos temas) o que la dejase por ahí y se la tragase Ana (una posibilidad mayor) se la quité y la dejé lejos de su alcance.
Este lunes, buscando algo en el bolso, y tras vaciarlo sobre el sofá para encontrar lo que buscaba más rápido, me doy cuenta de que me falta la llave de una oficina a la que voy a trabajar unas horas. Inmediatamente me acuerdo de la llave con la que jugaba Alicia, y la relaciono con la que me falta. Después de echarle una regañina bastante seria a Alicia ( que dejo a la pobre llorando desesperada) nos vamos a casa de mis padres en busca de la llave. Allí está, donde yo la deje. Me quedo más tranquila, pero siento que algo no está bien. Esa llave es del modelo y marca de la desaparecida, pero en mi mano da la sensación de ser más pequeña. Algo no me cuadra, pero imagino que tiene que ser esa, que vaya casualidad sería que hubiera dos llaves iguales (o casi) sueltas, y que Alicia tiene mucha costumbre de revolver los bolsos de los demás si los dejas a mano.
Pero al volver a casa es cuando el mundo se quiere hundir bajo mis pies, cuando unos pocos minutos después de llegar, Alicia aparece con una llave en la mano que ¡Oh coincidencia! es del mismo tipo que la recién hallada, e incluso en mi mano tiene el tamaño adecuado que yo recordaba. Pregunto a Alicia donde la ha encontrado y ella me señala el sofá. La llave en cuestión (como comprobé al día siguiente) era la de la oficina, y seguramente se había quedado oculta en algún pliegue de la funda del sofá. Me dolía todo, al recordar las voces que le había dado por coger mi bolso de forma tan injusta, así que me arrodillé a su lado y la dije:
-Alicia, hija, me he equivocado. Te he reñido por algo que no has hecho y no podías explicarme que tú no habías cogido la llave. ¿Me perdonas?
Y ella solo dijo sí.
No abrazamos y la llene de besos, sabiendo lo injusta que había sido con ella, pero Alicia me enseñó que incluso a su edad, cuando quieres a alguien, estás dispuesta a perdonar lo que sea. Ojala cada vez que la tenga que reñir por algo, sea capaz de tranquilizarme un segundo para recordar este error, y poder hablar las cosas con calma de forma que ella me entienda, y comprenda que hay cosas que no se pueden hacer, pero que aunque la regañe, o la tenga que castigar por ello, ella sepa que jamás voy a dejar de quererla.

jueves, 12 de agosto de 2010

EXITO!!!

¡Lo hemos logrado! Alicia hace pis sola (de día, claro) Ya va ella sola al baño y no tiene problemas en subirse o bajarse la braguita y limpia el orinal después de usarlo. También insiste en tirar de la cadena e incluso en usar la escobilla del baño. En menos de 15 días. Y en la calle tampoco es problema. No me pide que la sujete, ella misma ya mantiene el equilibrio. Ahora lo que hay que convencerla es que en la calle solo hay que hacerlo como emergencia, porque viendo al perro de mis padres (esta niña aprende de todo el mundo) se piensa que el parque es un cuarto de baño inmenso donde vale cualquier sitio para desahogarse:-) Solo ha tenido un accidente desde que lo controla, y la pobre se llevó tal disgusto que se pasó media tarde llorando.
La encanta ir al baño, lo ha tomado como un juego. Creo que la mitad de las veces que va lo hace solo para ver correr el agua o coger papel higiénico, pero gracias a eso un tema que ya hemos superado. Ufffff...

CARACTER

Una pregunta que nos hacemos en casa es ¿La alegría es algo que se hereda o que se aprende? Una cosa que he leído es que los seres humanos nacemos optimistas por naturaleza y que luego ya son los comportamientos que tienen lugar a nuestro alrededor los que nos hacen cambiar o permanecer así. La cuestión es que las niñas han oído muchas más risas que llantos en nuestras casas (y llantos también ha habido como en la de cualquier hijo de vecino) pero desde luego gana por mucho la alegría. Y ahí está nuestra duda. Porque Alicia es alegre, lo ha sido siempre. Pero Ana se lleva la palma. Siempre está sonriendo, con cualquier cosita que le dices obtienes de ella una sonrisa (bueno, salvo cuando quiere comer, que es a casi tooooooodas horas, entonces no hay cucamona que sirva hasta que tiene tiene lo que quiere) Me encanta cuando la estoy dando de comer, como me mira a veces, sonríe y se aferra al pecho con más fuerza. Con los ojos y su sonrisa me está diciendo "jejeje, ya he conseguido lo que quería".
El caso es que mientras Alicia solo me veía alegre y paciente (si, de verdad,con ella de bebé era así) Ana ya no lo vive de igual forma, porque observa nuestro comportamiento con Alicia y como más de una vez (y de dos, y de tres, y de... bueno, muchas veces) la mayor se lleva una voz o un castigo. Pero Ana sigue tan alegre, como si supiera que la cosa no va con ella.
Así estamos. Probablemente nos quedemos con la duda, pero mientras las niñas sigan así de alegres y simpáticas, la verdad es que me importa poco :-)

jueves, 29 de julio de 2010

Hay momentos en la vida, sobre todo cuando tienes niños, en los que tienes que emprender luchas en las que sabes que vas a perder un montón de batallas y aun así tienes esperanzas de ganar la guerra. Lo que hemos empezado el domingo pasado puede entrar dentro de esa calificación: Le hemos quitado el pañal a Alicia.
No del todo, claro, aun duerme con él. Pero lo que hemos pasado los primeros días ha sido un tanto agotador (al menos para mí).

DÍA 1:
David decide quitarle el pañal para ir al parque, sin pensar demasiado que una cosa así debe ser definitiva. No puedes quitarle a un niño el pañal y ponérselo al rato siguiente porque lo único que se logra es que te tome a cachondeo. Así que allá nos vamos y no hemos ni llegado a la esquina de nuestra calle cuando ya Alicia se había hecho pis encima. Yo llevaba varias mudas de recambio, pero al estar tan cerca de casa opté por volver y limpiarla allí. Hacemos un segundo intento y esta vez nos da tiempo a llegar al parque antes de que vuelva a hacer pis. Esta vez lo hace en la arena, lo cual diluye las pruebas. Basta un cambio de braguita y a seguir jugando. Poco después llega el primer éxito. Pregunto a Alicia que si quiere hacer pis, y ante su respuesta afirmativa la sujeto entre los arbustos y allí escurre las primeras gotas. En ese momento piensas que no va a resultar tan duro. Volvemos a casa y allí ya la ponemos de nuevo el pañal antes de acostarla. Descanso...

DIA 2:
Toca trabajar, y por lo tanto a Alicia se va a pasar media mañana en el parque con los abuelos. Voy cargada de bragas y mudas de ropa en una mochila, y cuando pasan los abuelos a recogerla, les explico la situación. Le parece muy bien y están dispuestos a colaborar al máximo para el triunfo final. No hace falta tanta preparación porque Alicia no hace ni gota de pis en toda la mañana (Al final, a una de las preguntas de la abuela sobre si quería hacer pis, Alicia respondió "No, no y no" literalmente). Es en casa de mis padres cuando ya casi termino de los nervios. Bastaba con que cogiese a Ana para darla de comer para que Alicia viniese a decirme "mama, pis" después de hacerlo. La tuve que mudar de ropa cinco veces a lo largo de la tarde y andar por toda la casa buscando los charcos para fregarlos. Todavía no intuía el problema, me darían la pista al día siguiente.

DIA 3:
Las situación por la mañana es la misma, y en casa de mis padres otro tanto. Hay una variación en el día. Quedo con una amiga que tiene una hija un poco mayor que Alicia para llevarlas al parque a jugar. Allí, mientras la estoy contando lo sucedido esos días, Ana se pone a llorar y la cojo para darla de comer. No han pasado ni dos minutos cuando Alicia se hace pis en medio del parque en uno de los columpios. Mi amiga me dice: "A ver si van a ser celos..." Y me empiezo a plantear que sea así, una llamada de atención de la mayor al verme con la pequeña. Demasiadas coincidencias. Volvemos a casa y ya por la noche intento otra cosa. Voy con Alicia al baño y mientras ella se sienta en el orinal, yo lo hago en la taza. "Ahora vamos a hacer pis juntas". Pienso que quizas por eso las mujeres vamos juntas al baño cuando salimos por ahí, nuestras madres ya nos estaban entrenando para ello desde niñas:-) Pero funciona. Alicia hace pis.

DIA 4:
Poco puedo contar, ya que lo pasa casi completo con los abuelos. Solo que el truco de hacer pis acompañada parece efectivo. No le importa quin esté con ella en el baño, la cuestión es hacerlo a la vez. Me da que voy a tener que beber más agua de ahora en adelante:-)

Hoy es el quinto día y no puedo decir ni mucho menos que hayamos triunfado. Pero al menos creo que estamos en el buen camino. Ya veremos.

martes, 13 de julio de 2010

Maria y yo


"MARÍA Y YO" dirigido por Félix Fernández de Castro, basado en el Cómic de Miguel Gallardo "María y Yo".
Coproducido por BAUSAN FILMS y PELIS CHULAS



Me ha emocionado oir la entrevista esta mañana en la Cadena SER. David P. (Lo siento el blog es de Viana pero tenia que meter mano)

lunes, 24 de mayo de 2010

¡DOS AÑITOS!




Ha pasado más de una semana (y un montón de tiempo sin escribir) pero aún me resulta difícil creer que mi chiquitina ya ha cumplido dos años. Disfrutamos ese día los cuatro con toda la familia, abuelos, tíos y primos. Alicia apagó sus dos velitas en la tarta (con un poco de ayuda de un abuelo) y se tapó la cara riendo avergonzada cuando todos cantamos "Cumpleaños Feliz". La verdad es que para mí fue un día especial, ya que hasta ahora no había logrado reunir a la familia al completo bajo el mismo techo. Y Alicia lo pasó en grande, jugando con sus primos y con todas las cositas que le habían regalado.
Veo ahora a mi hija ya no como un bebé, sino como una niña que cada día descubre algo nuevo, aprende nuevas palabras (aunque alguna no me haga demasiada gracia como "miiiiio, miiiiio", que ahora todo es suyo :-)y va adquiriendo nuevas habilidades por momentos. Mi hija crece y no puedo evitarlo, así que trataré de que crezca lo mejor posible.

martes, 4 de mayo de 2010

REBELDIA

Alicia empieza a dar muestras de rebeldía. Muchas veces basta con una pequeña amenaza con meterla en la cuna portátil que tenemos en el salón para que deje de hacer la trastada del momento, pero hay ocasiones en que ya ni eso vale. Así que de vez en cuando se pasa ratillos encerrada en el parque (como llamamos a la cuna) llorando con desesperación porque ya no quiere estar ahí. El castigo no creo que se pueda decir que es cruel (tiene hasta juguetes a mano) pero sí que es efectivo. Cuando la sacas no suele repetir el comportamiento que ha ocasionado el castigo (al menos hasta el día siguiente:-) y va comprendiendo que no puede hacer lo que le de la gana sin consecuencias.
Por suerte de momento no son demasiadas las veces que hay que regañarla, y está aprendiendo las normas con bastante rapidez. Ya veremos que hacer cuando pase de los dos años y entre de lleno en la fase del "te pongo a prueba a ver hasta donde llegas".
Y en otro apartado de cosas, poco que decir de Ana, salvo un detalle para hacer rabiar de envidia a muchas madres (jejeje, mala que soy a veces:-) y es que esta peque duerme TODA la noche de un tirón desde que nació. Solo recuerdo dos o tres noches en sus más de dos meses y medio de vida en las que me haya pedido de comer a las tres o cuatro de la madrugada. No me puedo quejar, desde luego.

sábado, 10 de abril de 2010

MIEDOS

Preocupación. Miedo. Estas van a ser dos constantes siempre presentes desde el momento en que unos futuros padres saben que van a tener un hijo y por el resto de sus vidas. Preocupación por que el embarazo termine en aborto, o el bebé tenga alguna enfermedad. Miedo a que alguna cosa en el parto salga mal y pueda pasarle algo al bebé o a la madre. Y a lo largo de los años se van a ir sucediendo miedos como enfermedades o accidentes, y ya de más mayores la actuación que puedan ejercer sobre ellos personas ajenas, cuando ya no estén bajo tu vigilancia constantemente.
Solo cuando eres padre te das cuenta de que todas las advertencias, todas las negativas de tus padres a que hicieras algo y muchos de los castigos que te impusieron por incumplir las normas se debieron al miedo que tus padres tenían. En aquel momento no se ve así, pero es lo que ocurre. Recuerdo una ocasión (ya con 19 años) en que un grupo de amigos nos fuimos de acampada cuatro días. A medida que se acercaba el día de marchar mi madre empezó a poner objeciones al viaje. Para cuando llego el día, yo ya tenía encima tal cantidad de predicciones apocalípticas de lo que nos iba a suceder, que ya la tuve que decir: "Mamá, que solo nos vamos cuatro días. No hay tiempo para que nos pase todo eso en solo cuatro días." Según ella nos iban a robar, secuestrar, violar y matar (y ya no recuerdo si alguna cosa más). Al final llegó a decirme que no podía ir, y ya ahí me planté y la dije que iba a ir de todas maneras. Al menos conté con el apoyo de mi padre, que nunca ha visto las cosas tan mal como mi madre (tal vez por eso mismo, por ser padre) y pude hacer el viaje, cuatro días que disfrutamos mucho. Pero ahora comprendo mejor a mi madre. Era la primera vez que me alejaba de casa sin estar bajo la responsabilidad de otros adultos, y eso que según la ley yo ya lo era, pero para una madre sus hijos siempre son niños, diga lo que diga el carné de identidad.
Ahora esto me toca a mí. Me da miedo la muerte súbita del lactante en Ana, me preocupa que Alicia se caiga y se dé un mal golpe o que se escape de mi mano por la calle y la atropelle un coche. Me preocupan las enfermedades que puedan sufrir. Me da miedo que un día se me despisten en una multitud y ya no vuelvan a mi lado. Me aterra pensar en la multitud de cosas que pueden pasar en la vida, de las cuales tampoco estamos libres los adultos, pero que como humanos que somos no pensamos que nos pueda pasar a nosotros mismos, sino a los que nos rodean.
Todas estas cosas tal vez no me quiten el sueño (duermo muy bien, menos mal) pero siempre van a estar presentes en mi vida, al lado de las alegrías y disgustos que me den estas pequeñas. Pero es lo que hay y hay que aprender a vivir con ello.

domingo, 28 de marzo de 2010

SOBRE LOS HIJOS...

Para que nos hagamos una idea de lo que va a ser nuestro futuro con esos adorables bebés que ahora pasan la mayor parte del tiempo durmiendo. José Mota lo tiene muy claro en esta canción. Dentro de un tiempo veré si estoy de acuerdo con él o no. De momento me he reído un montón y por eso lo pongo aquí, para que vosotros os riáis un poco también, que la risa es muy sana.

domingo, 21 de marzo de 2010

EL PAPEL DE UN PADRE

Esta semana ha sido el día del padre, una ocasión en la que se celebra la festividad del que se dice que no fue padre, San José. Pero en días así te das cuenta de como han cambiado las cosas y de la importancia que han tomado los padres en la crianza de los hijos. Confesado por mi padre y por mi suegro, ninguno de los dos nos dio ni a David ni a mí (ni tampoco a mi hermano ni a mi cuñada) un triste biberón en nuestra etapa de bebés, mucho menos nos cambiaron un pañal. En cambio ahora David colabora en todas las actividades con las niñas de tal manera que solo le falta darle el pecho a Ana (cosa que por razones fisiológicas tiene un poco difícil). Las cambia el pañal, las viste, las baña, da de comer a Alicia, juega con ella y la consuela cuando está triste. Con esto no quiero decir que antes nuestros padres no se preocupasen de nosotros, que lo hacían y lo siguen haciendo, pero todos los cuidados básicos quedaban en manos de nuestras madres mientras ellos trabajaban de sol a sol para alimentarnos y procurarnos un techo sobre nuestras cabezas. David también lo hace (lo de trabajar de sol a sol, y esto es literal) pero además encuentra tiempo, sobre todo los fines de semana para ocuparse de las peques, sobre todo de Alicia, que gracias a él no ha notado el "destronamiento" que me pronosticaba mucha gente. Ana me tiene muy liada, ya que lo que ella ha entendido como lactancia a demanda es querer comer a todas horas, y claro, se me hace un poco complicado atender todas las demandas de Alicia cuando ella quiere. Pero ahí está David, que por cansado que esté siempre tiene un rato para dedicarle a sus hijas. Y seguro que él no quiere más recompensa que la alegría con la que la mayor le recibe cada noche cuando vuelve a casa. Seguro.

jueves, 11 de marzo de 2010

NEONATOLOGIA

No todo fue como esperábamos cuando nació Ana. Nos llevamos un buen susto con ella la segunda noche cuando sufrió lo que el pediatra diagnosticó como una crisis cianótica. A eso de la una y algo de la madrugada ya del martes, medio dormida la oigo que empieza a despertarse. Ya la iba a coger para darla de comer cuando la oí regurgitar algo. Como ya la había pasado otra vez no me preocupé y me incorporé en la cama para limpiarla. Ahí ya me llevé uno de los mayores sustos de mi vida, cuando me di cuenta de que no podía respirar y estaba sufriendo convulsiones. Empecé a llamar a David, que dormía en una de las sillas para que avisase inmediatamente a una enfermera. De lo que me di cuenta después es que le estaba llamando en voz más o menos baja, procurando no despertar a mi compañera de habitación, y claro, con ese tono tuve que llamarle dos o tres veces para que me oyese. Aun así le di un buen susto a él también, al despertarle tan de golpe, y al principio le costó reaccionar. Fue al final la suegra de mi compañera, que estaba despierta, la que salió corriendo de la habitación llamando a gritos a la enfermera. Debo reconocer que la atención fue inmediata. Tres enfermeras llegaron volando y cogieron a Ana, que en ese momento empezó a llorar, recuperando el ritmo respiratorio. Se la llevaron al nido, donde en poco tiempo la estaban haciendo un lavado gástrico y despejando sus vías respiratorias. Ya volvía a tener su color normal y respiraba bien, pero las enfermeras llamaron al pediatra de guardia, que subió a los pocos minutos y decidió ingresarla en neonatología (la UCI de los recién nacidos) por precaución. Allí estuvo hasta las siete de la tarde del miércoles y le hicieron un montón de pruebas que normalmente no se les hacen a los bebés al nacer. Como decimos en casa, la hicieron una ITV completa y como todo dio bien, nos hemos quedado tranquilos respecto a su salud.
En neonatología el acceso es bastante restrictivo. Hay unos horarios de visita muy cortos para los padres y aun más para otros parientes (un familiar o un amigo solo puede entrar durante 10 minutos a una hora determinada, acompañado de uno de los padres, una sola visita al día). El único acceso un poco más "libre" es para las madres, cada tres horas a partir de las nueve de la mañana y para darles el pecho únicamente. Allí tienen a todos los prematuros, bebés que nacen muy pronto y necesitan atención constante y cuidados especiales. Ana era la única ingresada ajena a ese motivo, y la que menos tiempo iba a estar de todos ellos. En el momento de ingresar ella, había otros catorce bebés allí y la noche siguiente ingresó otro más. Tienen a bastante personal trabajando (en alguno de los turnos contabilicé siete enfermeras, y dos pediatras) pero lo vi normal, ya que son niños que en cualquier momento pueden sufrir algún fallo en el organismo y no se pueden despistar. Hubo un turno en el que, por la razón que fuera, solo estaban cuatro en una sala y una enfermera sola con los tres que eran "grandes prematuros" en otra sala. No daban abasto (solo dar de comer a algunos de esos chiquitines puede llevar más de media hora, ya que aun no tienen el reflejo de tragar) y tuvieron que pedir a otras secciones que les enviasen refuerzos.
Pude charlar con otras madres, mujeres que llevaban yendo a esa sala semanas para estar con sus hijos y que probablemente aun les quedasen semanas, o incluso meses, antes de poder llevárselos a casa. La paciencia y la resignación de la que hacían gala me hicieron darme cuenta de la suerte que tenía yo. Mi hija estuvo solo un par de días allí y por precaución. Tiene que ser muy duro tener que acudir día a día al Hospital y solo poder estar con tu hijo unas pocas horas al día, tener que sacarte la leche con un extractor en vez de podérsela dar tú misma y tener que marcharte cada noche dejándolo en manos ajenas en vez de tenerlo a tu lado. Y que conste, las enfermeras que trabajan allí son muy cariñosas con los niños,además de eficientes. Pero lo que tú quieres es estar en casa con tu hijo.
El miércoles, como ya me habían dado el alta el día anterior, me lo pasé rondando por el Hospital desde las nueve de la mañana, yendo cada tres horas a darla de comer y cambiarla. El resto del tiempo tuve la "suerte" (llamémosla así) de que un amigo de toda la vida de mis padres estaba ingresado para unas pruebas y que con él estaban su mujer y sus hijas, con las que mi hermano y yo nos hemos prácticamente criado. Así que el resto del tiempo se me fue bastante rápido charlando con ellos en la habitación donde estaba ingresado este amigo o en la cafetería con sus hijas. Ya por la tarde, entre las tres y media que dejé a Ana comida y limpia y la siguiente toma a las seis, aproveché para acercarme al taller de mi padre a recoger una cosa que necesitaba y a hacer algo de compra. Y a eso de las siete ya tenía a mi peque conmigo, vestida y preparada para irnos a casa.
No salió todo igual que con Alicia, pero al menos todo salió bien, que al final es lo que importa.

miércoles, 10 de marzo de 2010

EL PARTO DE ANA

Nació el día 14 de Febrero, justo cuando salía de cuentas, y eso que el día anterior en el registro me habían dicho que el tema estaba muy verde y que me lo tomase con calma. Pues menos mal, porque si me llega la ginecóloga a decir que la cosa estaba a punto, seguro que se me cae allí mismo, en la sala de registro.
Y fue en esa misma sala donde al día siguiente di a luz. En un parto rápido y sin complicaciones. La verdad es que después de la experiencia con Alicia no me esperaba que este fuera con tanta rapidez, ya que Ali se demoró más de 36 horas desde que empezaron las primeras contracciones. Aquí casi ni me dio tiempo a hacerme a la idea. A las siete de la mañana, cuando me levanté al baño, tuve la primera contracción y muy poco después la siguieron una segunda, y una tercera, y una cuarta... tan seguidas que me quedé un poco extrañada. Me vine al ordenador, más que nada para tener un reloj a la vista, y pude comprobar que las contracciones eran cada tres minutos. Sobre las siete y media o así se despertó Alicia y David la sacó de la cuna y me la pasó para que la diera el desayuno.
-No te duermas demasiado, que me parece que esto ya está en marcha.
-¿Ya? Pero si ayer te dijeron que todavía no.
-Pues tengo contracciones cada tres minutos, así que esto va rápido.
Y vaya que si fue rápido. La mañana se me hizo corta, en lo que terminé de preparar las cosas de Alicia y de meter en la bolsa del Hospital lo último que me faltaba. Los padres de David pasaron a por su nieta a eso de las once, pero no logré convencer a David de que nos fuésemos al Hospital hasta cerca de la una. El solo decía que había tiempo y que recordase con Alicia, que me mandaron de vuelta a casa cuando yo ya creía estar de parto. Yo solo le dije varias veces que quería irme ya, pero cuando me daban las contracciones pensaba unas cosas muy poco recomendables de escribir sobre un marido, sobre todo cuando le veía a él con esa calma. En el último momento todavía me dijo de recoger la ropa tendida, y creo que ahí ya me cabreé y le dije con firmeza que nos fuésemos YA. Y menos mal, porque para cuando llegamos al Río Hortega yo ya estaba de cuatro centímetros. En algún momento, antes de que me confirmasen que ya estaba de parto, le dije a David que si tal como me encontraba me enviaban de vuelta a casa con la otra vez me iba a echar a llorar. Por suerte no fue así, y poco después ya estaba en la sala de dilatación.
Una cosa hay que reconocerle al nuevo Hospital, y es que creo que han mejorado mucho las cosas al menos en este tema. David no tuvo que moverse de mi lado (solo salió una vez de la sala, cuando vino la anestesista) y el lugar era mucho más agradable que la pequeña sala de dilatación en la que estuve la primera vez, con amplios ventanales y sillas cómodas para el padre.
Pedí la epidural, que solo me hizo efecto cosa de una hora o así, por lo que me imagino que serían las cuatro menos diez o por ahí, cuando la matrona, tras comprobar que ya estaba prácticamente dilatada, me dio dos opciones:
-Esto ya casi está. ¿Tú tienes ganas de empujar? Porque podemos llamar de nuevo al anestesista o si te pones, en unos minutos ya ha nacido.
Yo no tenía ningunas ganas, pero menos ganas tenía de un nuevo pinchazo, y más de ese tipo, así que dije que quería intentarlo.
No tuvieron que moverme de la sala. Allí mismo la matrona y una enfermera empezaron a prepararlo todo y unos segundo habían convertido mi cama en uno de esos potros con estribos, simplemente sacando algunos de los cojines y extrayendo los estribos de debajo de la cama. La verdad es que se agradece que un momento así no te muevan. Bastante es la molestia que se tiene como para encima cambiarte de la cama a una camilla y de esta camilla al potro del paritorio como me tocó la otra vez. Y David no tuvo que ponerse ni bata, ni gorro ni patucos.
Esta vez no fueron tres empujones, como con Alicia, más bien serían seis o siete bastante forzados, pero a las cuatro y diez de la tarde nació Ana. Lo más bonito para mí de ese momento fue sentirla pasar por el canal de parto. Gracias a que la epidural ya no me hacía efecto pude saber que estaba naciendo, sensación que me perdí con Alicia. Y en ese mismo momento, cuando ya pasó el dolor, lo que sentí fue una gran felicidad, sobre todo cuando la escuché llorar por primera vez.
Me la pusieron encima inmediatamente, piel con piel, así tal cual había salido (cubierta de sangre, todo hay que decirlo) como recomienda la OMS, y con ella me quedé un rato mientras la matrona ayudaba a salir la placenta. Nos ofreció verla y nosotros aceptamos. Tal y como la describió David más tarde, la placenta es "como una bolsa del carrefour pero más grande y de apariencia más fuerte y transparente". No sé si será una analogía muy válida, pero es con la que nos hemos quedado. En ese momento no la sacamos parecido con nadie, y menos con su hermana. Pero la matrona dijo allí que salía al padre y parece que el tiempo la va a dar la razón, porque a mí hay ciertos detalles que me recuerdan a su hermana Cristina y por tener, tiene hasta el mismo grupo sanguíneo de David (Alicia es mía hasta en ese detalle).
El resto ya fue rápido. Me dieron unos puntos para coserme un pequeño desgarro (no me tuvieron que hacer episiotomía, menos mal) y me devolvieron a Ana, ya limpia, para llevarnos a la habitación. A la hora u hora y media más o menos yo ya estaba levantada y aunque cansada, me encontraba fenomenal. Vamos, que si me dicen de marcharnos a casa ese mismo día, a lo mejor hubiera aceptado y todo (bueno, no lo sé, eso de que por un par de días te lo den todo hecho...:-)
Así fue más o menos. En nueve horas. Que largas se hacen en esos momentos y que rápido se pasó todo cuando lo ves en la distancia.

domingo, 7 de marzo de 2010

Three of a kind


Marisa, Alicia Ana

AHORA YA ESTAMOS SOLAS

Bueno, no del todo. Pero el caso es que David empezó ya a trabajar el Martes pasado así que se puede decir que he vivido mi primera semana a solas con las niñas. No me ha resultado fácil, pero no es imposible de superar. He logrado sacar tiempo incluso para poner algo de orden (no mucho:-) en casa y para visitar a los abuelos, ir al parque, hacer la compra y volver a clase de corte y confección. La verdad es que creo que podré con "ello" antes de que "ello" pueda conmigo. Y eso que Ana me tiene medio esclavizada. Es una pequeña tragoncilla que no hace más que reclamar su parte de comida a cada rato, y como la lactancia es a demanda, pues no me queda otra que obedecer. Me paso el día pegada a una botella (de agua, no penséis mal) y cruzando los dedos para que duerma algún ratillo que otro y me deje "recargar". Menos mal que Alicia se está portando bastante bien. Obedece bastante a menudo (no siempre, pero no se puede pedir todo) y parece encantada con la idea de tener a la pequeña en casa. Ojala se mantenga así siempre (ya veremos cuando Ana empiece a querer coger sus juguetes).

lunes, 22 de febrero de 2010

domingo, 21 de febrero de 2010

YA ES INDEPENDIENTE

El mismo día que Ana llegó a casa, cambiamos a Alicia de habitación. La verdad es que en nuestro cuarto la cama, una cuna y un moisés ya iba a ser demasiado, así que mientras instalan el nuevo dormitorio (ojala la semana que viene) la cuna está en medio de la habitación. No podemos quejarnos, lo ha aceptado sin la menor protesta. Solo vio su cuna en la nueva habitación, la señaló y dijo algo parecido a "cuna ahí". Y sin problemas se echó la siesta. La ha dado lo mismo el lugar donde duerme y no ha manifestado (todavía) el menor problema de celos con la "nueva". Ojala no los manifieste nunca, de momento parece encantada con la nena que ha llegado a "destronarla" (ya procuramos nosotros que no se sienta destronada en absoluto:-) Esta peque nos ha salido independiente a más no poder (¿Diré lo mismo dentro de 35 años cuando no haya logrado echarla de casa?;-)

jueves, 18 de febrero de 2010

¡YA ESTÁ AQUI!

Pues sí. Con puntualidad inglesa, se podría decir, Ana ya ha llegado. Nació el día que salía de cuentas, el 14 de Febrero, en un parto bastante rápido y sin complicaciones. Ya estamos las dos en casa, después de un pequeño susto que la ha tenido dos días ingresada en neonatología (nada importante, simple precaución) y que ha hecho que estemos tranquilos, porque como dice David "la han hecho una ITV completa". Es una pequeña muy tranquila de momento (comer y dormir, prácticamente no se la oye llorar) e incluso nos ha dejado dormir casi toda la noche. Traté de despertarla a eso de las cinco para darla de comer y me dio a entender que prefería seguir durmiendo. Y como la lactancia es a demanda, pues ya la voy a dejar que pida ella por esa boquita, y si nos quiere dejar dormir, pues nada, decisión suya es:-)

viernes, 12 de febrero de 2010

FIEBRE GASTRONÓMICA

Ayer por la mañana me dio un pronto y decidí que tenía que cocinar. La verdad es que ya que dentro de poco aumenta la familia y que los primeros días te los pasas por ahí de paseo con papeleos y demás historias, pensé que lo mejor iba a ser llenar el congelador con algunos platos ya hechos para solo tener que preocuparme de sacar la noche anterior algo y llegar a casa al mediodía y calentarlo en un momento. Ya puestos, opté por hacer platos que hacía la tira de tiempo que no preparaba (y otros que por ejemplo hice la semana pasada, de todo hay) y preparé albóndigas con salsa, pisto, macarrones con salsa ragú y cous cous de verduras y pollo. Ya tenía un par de fiambreras con puré de verduras y otros con relleno de empanadillas, y esta tarde prepararé lasaña y pollo al curry. Tengo filetes y algo de pescado (me imagino que en cuanto dé a luz me volverá a gustar) e ingredientes para preparar entremeses y ensaladas varias y legumbres en frasco para hacer otros días. Hambre no pasaremos (espero) aunque estos dos bichejos no nos dejen parar un minuto, y si no, siempre nos quedará la opción de pasar a visitar a los abuelos a las horas de las comidas. Seguro que ellos no dejan que nos vayamos con el estómago vacío ;-)

miércoles, 3 de febrero de 2010

LA ANALOGICA SE HA IDO Y (CASI) NADIE SABE COMO HA SIDO

Este tema no tiene nada que ver con niños ni embarazos, pero como nos toca muy de cerca a David y a mí, me parece interesante hablar de ello. En el trabajo David, aparte de otro montón de cosas, lleva los últimos meses instalando TDT´s a tutiplen, sobre todo en casas de "abuelos" (es decir, personas bastante mayores)que a los cinco minutos de instalarlo y explicarles como funciona, ya no recuerdan ni como se enciende el aparatito de marras. Eso les está volviendo locos al jefe suyo, al compañero y a él, que tienen que volver una y otra vez a las casas a explicarles de nuevo como funciona ahora la televisión. Todas las noches, cuando llegaba a casa, yo iba corriendo a pedirle el parte del día, y me tronchaba de risa con las anécdotas que me contaba. Pero ahora ya no es él solo el que se "divierte" con el tema. Yo trabajo ahora mismo con mi padre en el taller de reparaciones que tiene desde hace más de 30 años, lo que me permite tener conmigo a la niña sin tener que llevarla a una guardería, y me permitirá en el futuro tener también a la hermanita. También mi padre ha estado instalando algunos TDT en los últimos meses, pero nada que ver con el número de ellos que han instalado en la tienda de David. Eso hasta ahora, ya que el lunes han cortado definitivamente la emisión en Valladolid en analógico (solo se recibe Telemadrid, y porque emite desde Navacerrada) y desde ese día tengo el taller lleno de gente que lo ha dejado para el último momento y ahora ya se ha quedado sin televisión. Gente que quiere el TDT sintonizado, gente que necesita la instalación completa en casa y gente que se queja de que no ve el TDT en su casa y cuando lo pruebo aquí funciona perfectamente ("pues en mi casa no funciona" y de ahí no les sacas). Hay personas que han venido ya dos o tres veces porque se les olvida como funciona y hay que explicarles algo tan simple como cual es el botón para encender el aparato (a un señor ya mayor le he llegado a pintar una flecha con bolígrafo en el mando para indicarle cual es el botón de encendido. Hoy todavía no ha venido, así que imagino que conseguiría hacerlo funcionar). Si yo estoy así, imaginad a David y a los compañeros, que tienen muchísimos más TDT instalados por todo Valladolid. Pero bueno, no podemos quejarnos demasiado, que son estas cosas las que nos dan de comer. Lo mejor es contarnos nuestras "aventuras" cada noche y reírnos un poco del tema para no comernos la cabeza, y desconectar los fines de semana. Ya veremos que tal se desenvuelve el compañero de David dentro de unos días cuando se quede "solo ante el peligro" durante 15 días. Parece que me quedé embarazada en un momento clave:-)

lunes, 1 de febrero de 2010

YA LLEGO FEBRERO

Ya estamos en el mes decisivo. Si hacemos caso a los libros y a lo que dicen los médicos, a partir de este día en cualquier instante Ana puede decidir que es el momento de nacer. Como salgo de cuentas el 14 y eso es justo a mediados de mes, entre el 1 y el 28 puede ocurrir el acontecimiento. Por suerte hemos terminado con casi todas las cosas pendientes. Ayer pintamos la habitación (para no ser tan siquiera aficionados yo creo que no ha quedado mal)y hoy he podido comprar una barrera de protección para la cama de Alicia, ya que la idea es trasladarla a dormir a una cama en el momento en que esté montado el dormitorio y dejar la cuna para la hermanita.
Ahora ya es solo esperar con calma. Cada día me encuentro más cansada, pero no me faltan ganas de hacer cosas, aunque luego termine hecha polvo. Solo espero que después del parto me recupere tan rápido como con Alicia, y que ella se lo pase tan bien con los abuelos que no nos eche nada de menos :-)

miércoles, 27 de enero de 2010

OTRO PASITO MAS

Ayer le compré a Alicia un orinal. No tenemos intención aun de quitarle el pañal (lo intentaremos en verano, cuando ya se hayan normalizado las cosas con la hermana y la ropa sea más ligera) pero queremos que vaya haciéndose a la idea de que ese "cacharro" es suyo y para que sirve. Lo hemos dejado en el baño para que vaya asociándolo a su uso, y por lo menos la idea inicial la ha pillado al momento. Ayer, al salir de la bañera la senté en él y la dije "aquí pipí". No estuvo sentada en el orinal más de 20 segundos, pero esta mañana, mientras yo visitaba a Roca, ella cogió el orinal y se sentó encima, enfrente mio. Incluso estuvo tironeando del pijama tratando de bajárselo. Ya sabe que ahí se va a sentar ella. Y menos mal, porque el primer uso que le dio ayer por la tarde fue ir al cuenco de los gatos y coger comida de allí para echarla en el orinal. Tuve que decirla que ese no iba a ser su uso y parece que lo entendió. Ya veremos con el tiempo si logramos que capte el resto de pasos a seguir con la misma facilidad :-)

martes, 26 de enero de 2010

RECTA FINAL

La semana pasada tuve la última visita al ginecólogo. La próxima, si la hay, ya sería en el momento de haber salido de cuentas. Una cosilla que ha cambiado con respecto a Alicia es que ya no te hacen registros (un rollo, te tenían atada a una cama durante más de media hora. Sí, estabas oyendo el corazón del bebé, pero al cabo de un rato ya cansaba) Ahora lo compensan con muchas más ecografías. En esta última visita me han dicho que la peque ya pasa de los 3 kilos y que todo va bien. Solo espero que el ecógrafo tenga un margen de error importante en lo del peso, porque el día 4 de Enero me dijeron que no llegaba a los 2,5 kilos y eso supondría que en menos de 20 días ha ganado 700 gramos ¡A falta de 3 semanas! Prefiero una nena ligerita de peso, que cuesta menos dar a luz:-)
Ya tengo la bolsa del Hospital casi preparada (a falta de meter útiles de última hora) y vamos rematando cosas pendientes. El dormitorio de las niñas ya está encargado y en corte me queda muy poco para terminar la americana que le estoy haciendo a Alicia. He llevado el coche al taller para el cambio de aceite y revisiones varias y la ropa de Ana ya está lavada y guardada en espera de tener su propio armario donde poder colocarla. Queda pintar la habitación de las peques, y espero que lo podamos hacer este fin de semana antes de que ya no pueda dar un paso. Esta recta final se me está haciendo un poco más cuesta arriba que con Alicia. Claro, que con ella no tenía que lidiar a la vez con un pequeño terremoto que ya no para quieto:-)

miércoles, 20 de enero de 2010

¿DESPERTADORES? ¿QUIEN LOS NECESITA?

Eso es lo que se piensa cuando se tiene un niño pequeño en casa. O al menos lo que pensamos nosotros, ya que Alicia se comporta como uno de esos pequeños cacharros odiados por la mayor parte de la humanidad que te recuerda que es hora de levantarte para ir a clase o al curro. El caso es que así como el despertador puedes apagarlo los fines de semana, festivos o vacaciones, no es posible hacerlo con una niña de 20 meses que nada más despertarse empieza "Mama, papa, papa, papa, mama, mama..." y así subiendo el tono hasta que uno de los dos la hace caso y la saca de la cuna para darla el desayuno, o por lo menos para jugar con ella. Los últimos sábados me he hecho la loca (si, lo confieso, tenía demasiado sueño) y al final ha sido David el que se ha levantado a las siete y media u ocho para darla la leche y estar con ella mientras yo dormía un poco más. Debo confesar que esta última etapa del embarazo me tiene bastante más cansada que cuando esperaba a Alicia, y a eso hay que sumarle que tengo bastante más barriguita que con ella, lo que me dificulta movimientos sobre todo cuando estoy recostada. Si a esto le sumamos tener que estar gran parte del día detrás de un bichín que no para quieto ni treinta segundos, creo que es normal el hecho de que haya veces que me da el sueño a las nueve de la noche:-)
Y para que nadie piense mal, los dos últimos domingos he sido yo la que se ha levantado con Alicia y hemos dejado a David dormir otro poco, que bastante madruga ya el pobre entre semana.

domingo, 10 de enero de 2010

LA HABITACIÓN DE LAS NIÑAS

Después de varias visitas a tiendas de muebles, de pensar en unas cosas y un orden para la habitación y tener que cambiar de idea totalmente para acoplar todas las cosas que queríamos en el espacio que tenemos, ya hemos elegido dormitorio para Alicia y Ana. Al final hemos optado por literas, ya que una cama nido se nos zampa todo el espacio y un poco más si lo dejamos, y con las literas les queda un poco de hueco en el centro de la habitación para sacar sus juguetes. También hemos elegido un armario con cajonera, una mesa de casi dos metros para que en el futuro puedan estudiar sin estorbarse y una serie de estanterías para llenar de libros y juegos. Solo nos falta que vengan a medir para comprobar que cabe todo sin problemas (una precaución bastante lógica) y ya podemos encargar el dormitorio. El único problema es que con el tema de las Navidades lo hemos ido dejando un poco de lado (a estas alturas ya teníamos pensado tenerlo resuelto) y probablemente termine coincidiendo en el tiempo la instalación del dormitorio con el nacimiento de Ana. Quizás así aprendamos a no dejar las cosas para el último minuto :-)

OCHO MESES

Sí, hoy se cumplen los ocho meses de embarazo y aunque no son demasiadas, si que encuentro algunas diferencias con el de Alicia. Me encuentro bastante más torpe, y como me acomode demasiado en el sofá después me cuesta un montón levantarme. Y tengo bastante más tripa que en el primer embarazo. Por lo demás sigo con la acidez de estómago, devolviendo y con mis manías particulares a las horas de las comidas. No he podido volver a probar el pescado ni la leche y menos mal que Alicia ya come de todo porque los primeros meses fue una tortura el tema potitos (yo misma decía que como podía darle de comer a mi hija una cosa tan asquerosa:-)
A estas alturas ya debo ir pensando en preparar la bolsa para el Hospital, sacar la ropita de recién nacido para darle un lavado y dejarla preparada y otras cosillas, no sea que esta peque se tome las cosas con más prisa que su hermana y decida adelantarse en vez de retrasarse.

sábado, 2 de enero de 2010

UN AÑO MÁS

El 2009 ya ha terminado, y aunque no ha sido un año muy afortunado para mucha gente (por decirlo de una forma suave) nosotros no no podemos quejar, la verdad. Nuestra hija está bien de salud y crece alegre y cada día más lista, no ha faltado el trabajo (y que no falte, por favor) y dentro de poco, si todo va bien, la familia aumentará con otro miembro, (tengo que mirar si dos niños y dos gatos ya se considera familia numerosa ;-)
Y como nosotros no tenemos motivos de queja y todo lo que le deseamos al 2010 es que las cosas vayan al menos igual que en el 2009 para nosotros, si que me gustaría pedirle a este nuevo año es que a las personas que conocemos y que por un motivo o por otro algo no ha salido bien en sus vidas, este año sea mucho mejor para ellos. Feliz Año a todos.

INDEPENDENCIA

Una de las formas en las que Alicia nos va demostrando poco a poco lo que crece y la de cosas que aprende es en su insistencia en querer comer ya sola. El problema es que aun no domina el tema de la cuchara (el tenedor se la da mejor) y cada vez que la dejas una en la mano lo más probable es que la sopa o el puré termine repartido por la mesa, el suelo y sobre ella misma. Pero el caso es que si no tiene ella un cubierto en la mano se niega a comer, así que terminé hace tiempo por poner en práctica una solución intermedia. La dejo un tenedor mientras la doy el primer plato que toque y así ella lo va metiendo en el plato, pillando un poquito de puré, arroz o una gota de sopa que se lleva a la boca con bastante habilidad y entre medias la vamos dando la comida, ya de forma más tranquila. Las consecuencias sobre la mesa o el suelo son mucho menores y poco a poco Alicia nos va demostrando que en poco tiempo ya va a poder comer completamente sola. Prueba de ello, ayer se zampó un yogur casi sin mancharse y su padre solo tuvo que intervenir cuando apenas quedaba algo en el fondo para rebañarlo. Y eso sí, esta peque, en cuanto se mancha la cara, coge una servilleta y se la pasa con fuerza por los labios y las mejillas. Parece que está aprendiendo buenos modales :-)

REGALOS DE NAVIDAD O COMO DESEAR COMETER UN FRATICIDIO

Sí, vale, lo reconozco. Soy una persona violenta. Hace tiempo quería estrangular a mi hija y ahora quiero matar a mi hermano. Pero todo tiene su explicación, que cualquier juez encontraría razonable y me absolvería al momento de todos los cargos. Todo viene a cuenta del regalo de Navidad que mi hermano le ha hecho a mi hija. Es muy chulo, a mí me encanta y además lo veo estupendo para que cuando sea un poco más mayor lo podamos llevar a la parcela donde viven los abuelos y pueda correr todo lo que quiera. Se trata de una moto de esas que se impulsan con los pies y son bastante estables para prevenir caídas (aunque de momento Alicia se cae, los pies casi no la llegan al suelo) El caso es que se sube a ella con toda soltura y lo primero que aprendió fue el lugar donde se encuentra el claxon. Y menudo claxon, la sirena de los bomberos o de una ambulancia resulta menos molesta. Cuando ya lo has escuchado diez o doce veces seguidas te pones a buscar el contenedor de las pilas, y descubres para tu horror que este claxon funciona sin ellas. Así que llevamos desde Navidad escuchando el "pitidito" y sin posibilidades de apagarlo. Que conste, mi hermano está avisado de mis intenciones y está la mar de tranquilo, señal de que mis amenazas no se pueden tomar demasiado en serio :-)
Otros regalitos que la han caído a esta peque por Papá Noel han sido un cochecito con su muñeca (por la velocidad a la que lo lleva creo que piensa que es más bien un coche de carreras) una esfera con el abecedario, animales y sus sonidos que también la encanta, un carrito con cubo, escoba, fregona, etc (tiene incluso un delantal muy chulo que la hizo una compañera de corte), un par de libros de cuentos y el que yo esperaba fuera el más útil y de momento no hemos logrado que estrene. Un gorro de esos que se llaman verdugos, muy práctico para los fríos días vallisoletanos pero que a esta peque la trae por la calle de la amargura, no sabemos porque. Este es uno de los regalos de su tía Cris y el único que yo he pedido cuando me preguntó que qué podía regalarle, así que me he quedado un poco "plof", porque vaya éxito con la solicitud.
Creo que no está nada mal. No queremos que esta niña se llene de juguetes y que después no le haga caso a ninguno y considero que cuatro juguetes diferentes (además repartidos, el cochecito con la muñeca se queda en casa de mis padres para que juegue allí con él) ya son más que de sobra. Eso sí, tenemos que tener cuidado al andar por casa porque por menos de nada ya te estás tropezando con la fregona o la escoba, que Alicia lleva las piezas del carrito por todas partes y te las deja por todas partes también.