RECONOCES QUE TODO VALE LA PENA...

... cuando te agarran un dedo con su manita al mismo tiempo que te sonríen.
Cuando te preguntan ¿Mami queres jubar conmigo?
Cuando de forma espontánea te dicen "¡Mami te quiero! al tiempo que te abrazan las piernas.
Cuando acuden a ti llorando y pidiendo perdón si les has reñido por algo.
Y en otras muchas ocasiones.
Hay muchos momentos en los que me desespero ( y encima David se ríe de mí y me dice ¡Yo quiero tresssss! recordándome que siempre fue sido mi número ideal de hijos) y que ya no sé que hacer. Pero cuando vivo estos momentos me doy cuenta de que son lo mejor del mundo. Y que aunque ahora me parezcan en algunos momentos las niñas más desobedientes y caprichosas del mundo, veo que son solo niñas, que están aprendiendo y que tiene que pasar por todo esto. Y yo lo voy a pasar con ellas. Así que ¡Dios, dame paciencia, que como me des fuerza...!