Caray, como pasa el tiempo. Hace ya más de un mes que no escribo ni una letra, y no será por no tener acceso a un ordenador precisamente. Pero el cansancio y la pereza hacen estragos en mi "actividad literaria".
Hoy quería hablar del tema de las comidas. Desde el principio con Alicia me ha parecido un poco tonto empezar a obligarla a comer cosas nuevas a unos meses determinados, así que he ido dejando la introducción de alimentos un tiempo más tarde de lo que recomiendan los pediatras. Después de todo, como dijo una de las pediatras que ha tenido la peque (ya van cuatro en el mismo centro de salud) "hay toda una vida por delante para comer de todo". Empecé más tarde con las frutas, y Alicia las aceptó sin problemas, dejé la cuchara hasta que fue más mayorcita de los seis meses (creo que llegamos a los ocho sin cuchara) y no hubo el menor contratiempo en su introducción y así con casi todos los alimentos. Sí que de vez en cuando habíamos intentado darla comida más sólida, pero sin forzarla, y al principio no lo aceptaba demasiado bien. Pero hará cosa de dos o tres semanas ella misma, por iniciativa propia, ha decidido que lo que comemos los mayores debe estar muy rico y ella también quiere, así que se ponía a nuestro lado en la mesa y nos pedía con insistencia algo del plato. A estas alturas ha comido purés, macarrones, espárragos, filetes, empanadillas, sopa... y todo la sienta bien, hasta las patatas al ali-oli, que suelen ser fuertes de sabor. Lo que aun no la hemos dado (y eso que lo pide cada vez que ve a David comerla) es pizza, pero es que la que llevo a casa viene con algo de salsa barbacoa y creo que es demasiado fuerte aun para ella. Lo mejor de esto es no tener que preparar comidas especiales ni tener que comprar potitos (a esto último me he visto obligada estos meses ya que no soportaba de ninguna de las maneras el olor de las comidas de Alicia, me revolvían mucho el estómago).
¡Ayyyy, que mi niñita se hace mayor! :-)
No hay comentarios:
Publicar un comentario